XXIX

Me gusta cuando, a veces, disgustada,
un relámpago de ira
cruza el rostro y estalla en tus pupilas
con trémulo fulgor.

Y proyectando incorpóreas formas
insúflales la vida,
salpicando la estancia que ilumina
de trágico candor.

Y al fin, acabado todo,
desenconada el alma,
vuelve a tus ojos la calma
y amainas la tempestad.

Como la rugiente ola del mar
que ardiendo busca la fría roca,
y tan pronto rompe en su contra,
se apaga sin más.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s